Sonreir con el alma

Fecha de publicación: 08-08-2018

Soy Mariela Vaca Bedoya, y escribí esta reseña después de un día de voluntariado con Operación Sonrisa:

SONREÍR CON EL ALMA

El día comenzó un poco frío, pero poco a poco se fue calentando, así que tempranito me preparé de la mejor manera y cargué mi maleta con buenas energías: las necesito hoy –me dije, iré a Operación Sonrisa en el hospital del IESS de Carcelén.

Al llegar encontré doctores apurados, concentrados en su trabajo; mamitas y papitos desvelados evidentemente ansiosos; muchos niños, niñas, bebés; y un numeroso grupo de voluntarios unos más expertos que otros, pero todos con buena predisposición para servir al prójimo.

El tiempo pasa súper rápido para quien ayuda. Me encargué de la preparación de los niños para la operación e informar a los papitos de lo que sucedería en las siguientes horas. Una buena conversación siempre contribuye en la espera, conocer de dónde vienen, la fe que le tienen a esta fundación, como ha cambiado sus vidas. Hay caritas inolvidables como la del inquieto Bryan de cuatro años. Esta era su quinta operación; o la de Kiara de cuatro meses por primera vez en un quirófano. Sin duda mi parte favorita de la mañana fue entretener a los chiquitines mientras esperábamos su turno.

Terminé mi jornada, y no pude irme sin preguntar por los niños que ya entraron, sin el abrazo a las mamitas que conocí y que son un ejemplo de amor y entrega a la causa: “sus hijos”. Me despedí con mi mejor sonrisa.

Gracias por permitirme dibujar esa sonrisa el día de hoy. Invito a cada uno a atreverse a ser voluntario. Existen muchos fines benéficos o altruistas, más sin embargo, qué mayor fin se puede buscar que ese sentimiento gratificante de ver la sonrisa dibujada en la carita de un angelito solo por brindarle unas escasas horas de tu tiempo.

Definitivamente hoy ellos me dieron mucho más de lo entregue yo. ¡Me dieron un momento de felicidad!

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