Apoyo efectivo para clientes del Solidario afectados por el terremoto

Fecha de publicación: 16-09-2018

 

Maribel Vera, de Picoazá, Manabí, cliente del Solidario indicó: “Yo decía: no ha de haber terremoto, peor erupción, pero de todas maneras contraté el seguro. Con esa plata voy a levantarme.” 

Los clientes de Banco Solidario cobran ya el seguro de daños que contrataron al sacar su crédito y que protege su economía a raíz del terremoto.  Se espera cumplir con todos los pagos por daños hasta junio, una vez que concluya la verificación y avalúo de los mismos. 

Se trata de clientes microempresarios que perdieron parte o la totalidad de su casa o de su local de trabajo. 

Luciano Intriago, de Portoviejo señaló: “Uno mismo debe ponerse fuerte. Lloré 2 días seguidos pero salí y le llamé a mi asesor. Me dijo acuérdese del seguro. Él avisó a la empresa aseguradora. Vinieron a ver mi casa y aquí estoy retirando el dinero. Quedó pagada la deuda y con el resto voy a hacerme un departamento al lado de donde tenía la casa.” 

“Se está analizando caso por caso y -dependiendo de la situación del negocio- se entregará un nuevo crédito para reactivarlo”, indicó Fidel Durán, gerente general del Solidario, en una de las entregas de coberturas de seguros, en Portoviejo, y añadió: “El haber contratado un seguro permite que nuestros clientes puedan afrontar de mejor manera las consecuencias de esta catástrofe y con el apoyo de Solidario estamos seguros de que pronto reconstruirán sus vidas y sus negocios.” 

Maribel es madre de 3 niños pequeños: Dayanara, María Mayesca y Cristhian. Ella dice: “Con mis manos, mis ventas y el seguro de daños que me pagaron, estoy levantando mi casa”. Picoazá, es la parroquia de Portoviejo que ahora acoge a los comerciantes que como ella y su esposo Pedro Páez, laboraban en el centro de la ciudad que ahora permanece acordonado. 

Por otro lado y hasta el momento, Solidario lamenta el fallecimiento de 7 clientes de tarjeta de crédito.  En estos casos el seguro de desgravamen ya canceló la deuda y entregó a los familiares lo correspondiente a la cobertura de vida, representando un alivio en su mermada economía. 

“Lo primordial es un seguro”, dice Amparo Lasso también de Picoazá. “Somos de bajos recursos y eso nos cubre, nos ayuda y nos da fortaleza. Les digo a mis hijos: ya tenemos para comprar caña y tener una ramada para empezar. Yo recomendaría que cuando pidan crédito, contraten con seguro”.

 

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