Con el apoyo incondicional de mi familia y la bendición de Dios, todo es posible

Fecha de publicación: 13-07-2018

Con el apoyo incondicional de mi familia y la bendición de Dios, todo es posible

Les saluda William Túa y quiero agradecerles de antemano por prestarme unos minutos de su tiempo para compartirles mi historia. Estoy felizmente casado con el amor de mi vida y mi compañera: Mayra, y soy el orgulloso padre de dos jovencitas, la mayor tiene 12 y la menor,7 años. Ellas son mi motivo para vivir y dar siempre mi mejor esfuerzo.

A mi Mayra la conocí en la universidad, donde los dos estudiábamos medicina y aprendimos más sobre el amor. Al tercer año de la carrera, tuve que retirarme porque ya éramos una familia y uno de los dos tenía que trabajar para sostener el hogar.

Por suerte llegué al Solidario y estoy muy agradecido porque me enseñó mucho, me enseñó a trabajar bien. Mi primer cargo fue como cobrador y luego pasé a custodia de valores, pero puedo decir que en cada paso conocí gente hermosa e hice bastantes amigos y eso demuestra la calidad de la gente con la que trabajo.

Tiempo después, pude cumplir uno de mis sueños al regresar a las aulas para estudiar una carrera en tecnología de la información y comunicación. En esos años, mi día empezaba a las 5 de la mañana y terminaba pasadas las 8 de la noche, es que estudiar y trabajar al mismo tiempo es una prueba difícil, pero con el apoyo incondicional de mi familia y la bendición de Dios, todo es posible.

Hoy puedo mirar atrás y sentirme orgulloso de todo lo que he logrado, de lunes a viernes soy feliz en mi trabajo, tengo todo el fin de semana para disfrutar con mi familia y prepararles todos sus platos favoritos, sobre todo mi famoso arroz con puré y carne apanada! Además, con mucho esfuerzo y cariño logramos hacer realidad otro sueño: ya tenemos nuestra casita propia y dos carros!

Siempre he tenido la vocación de ayudar a los demás, hago las cosas para los otros como si fueran para mí mismo, y por suerte mi familia es igual… no hay nada más gratificante que visitar junto a ellos las fundaciones de niños o ancianitos y poder ver una sonrisa de esperanza en sus rostros. Me despido con la frase que mueve mi vida en todo aspecto… si puedo hacerlo, lo hago y si no puedo, veo la forma de lograrlo!

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